¡¡¡¡VIVA SAN FERMIN!!!! ¡¡¡GORA SAN FERMÍN!!!

Cuando pienso en San Fermín me viene un cúmulo de sensaciones, curioso pero es así y máxime cuando el que escribe no ha pisado Pamplona…

Aroma al recién llegado verano.

Melancolía porque todos los años he visto los encierros por TVE junto con mi padre y hermanos, una costumbre forjada en mi casa y claro está con el posterior debate de cómo estuvo, “si habíamos visto la carrera de Julen Madina, la carrera del chaval de San Sebastián de los Reyes (no recuerdo su nombre), la ganadería de turno, o el “varazo” que se llevó el de la camiseta del Manchester por uno de los pastores por intentar infringir normas básicas del encierro, etc....

Recuerdos de mi niñez cuando junto con mi hermano y amigos realizábamos nuestro peculiar encierro. Mi padre soltaba nuestra gran preciada Linda (un boxer) y corríamos delante de ella sin cesar para no ser alcanzados. Ya veis, toda una proeza de valentía.


Experiencias, si, aunque suene raro, porque aunque no haya estado nunca en esta fiesta, las historias vividas por mi padre y hermano las he hecho propias, me lo han contado tan minuciosa y detalladamente que es como si un servidor hubiera estado en la calle estafeta un año cualquiera, ataviado con mi atuendo sanferminero pendiente del estruendo mañanero para salir pitando hacia la plaza de toros.

Y como no, Tristeza. Porque pasará otro año más, otro chupinazo, otro pobre de mí y aquí estoy, sin que nadie me dé el relevo y me cuelgue el pañuelo rojo al cuello a mi llegada a Pamplona y se cumpla mi bautizo sanferminero.