Palma, 13:50 de la tarde, un coche estalla por una bomba lapa colocada por cuatro hijos de putas y dos chavales mueren.
Ese es el resumen del acontecimiento de ayer, sobra la parafernalia que vendrá después con la medalla al mérito, la bandera de España sobre sus féretros, sobra las declaraciones de los políticos reiterando su apoyo a la familia y la promesa de terminar con esta lacra, sobra tanta información morbosa , sobra todo, porque todo igual que llega se va, como se ha ido la vida de estos chavales; y quedará un dolor, el dolor de esa familia, que no entiende de méritos militares, porque por mucha España, por mucha Guardia Civil, por mucho cántico a los caídos, el que ha muerto tiene nombre y apellidos, y ante todo lo institucional está la intimidad de la familia para despedir a sus hijos Carlos y Diego, porque así se llamaban aquellos que tenian una vida por delante, los mismos que intervenian en los sueños de esas madres donde entraban por casa con sus nietos venideros, los mismos que han pagado bastante caro el poder dedicarse a un trabajo digno. Y quedará el dolor por el luto, un luto que llevarán de por vida aquellos que entierran a un hijo.
Descansen en Paz.
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